Historias*

Todos tenemos una historia. Algunos tenemos una más extensa que otros; pero siempre hay 'algo' detrás de nosotros. Y ese algo nos hace lo que somos hoy.

Siempre hay justificaciones para nuestras reacciones. Una acción que, muchas veces, no depende de nosotros. Un accidente, un roce, una palabra o una frase entera, una conversación, un viaje, un hecho que no conocíamos; un sustantivo que nos toma desprevenidos y que nos marca de manera permanente.
Un día, un profesor nos enseñó que lo que nos pasa no depende de nosotros, nuestras reacciones sí. Isaac Newton dijo que "a cada acción corresponde una reacción". (A ése conjunto de acciones y reacciones yo lo llamo DESTINO.)

Pero, ¿qué sucede cuando se aplica la ley de Murphy «si algo tiene la posibilidad de salir mal, saldrá mal», Y la ley de Newton?

¿Por qué la mayoría de los casos de Violencia Intrafamiliar tienen indicios de la misma en el pasado? ¿Por qué un adolescente que ve que su papá golpea a su mamá será, muy probablemente, un padre de familia violento? Historia. Antecedentes. Enséñale a tu hijo a robar, y lo hará. Cúlpalo de tus fallas y él las repetirá.

Familia. Simboliza los primeros años de nuestra historia. Sus reacciones ante nuestra llegada predicen lo que será de nosotros después del alumbramiento. "Los hijos son una bendición" es lo que mi abuela siempre nos ha dicho. Pero cuando los padres no quieren esa 'bendición', es muy probable que sufran un ataque de ansiedad, y más de uno sufrirá las consecuencias de lo que pudo ser un condón roto, una pastilla que no se tomó, una suprema calentura... a veces toman posturas diferentes. No todos reaccionamos igual bajo presión, algunos huyen, otros abortan, otros lloran, otros se enfrentan y dan vida...

Y aquí estoy yo. A mis 13 años descubrí una media historia de mi media vida contada a medias partes por mi mamá. Y todo está a medias porque mi papá, el otro medio, no reaccionó como me habría gustado... y huyó.

Yo no quiero ser como él, yo no quiero huír a los problemas, quiero ser valiente, dar un paso, respirar hondo y enfrentarme a mis obstáculos con la frente en alto y como me enseñó mamá.

Por éso, hoy digo (una vez más) que no me voy a rendir...
que voy a seguir dándole batalla a todo lo que se me oponga, dando patadas, golpes bajos y luchando contra todo; porque YO voy a conseguir lo que quiero.


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